El Barça ya tiene una nueva Copa del Rey de baloncesto en sus vitrinas. Los culés se impusieron al Real Madrid por 59-64 en un partido en el que la reacción azulgrana tras el descanso les dio para remontar y para consolidar una ventaja, primera en el marcador, que llegó bien entrado el último cuarto.

Y eso que los culés, en el primer cuarto, tan solo anotaron 5 puntos. Cinco, cinco en diez minutos. A punto cada dos minutos, básicamente. Ese fue el bagaje, pobre, de un Barça que no supo cómo penetrar en la sólida defensa de un Real Madrid que llegó incluso a tener una ventaja de 15 en el marcador.

Pero en el segundo cuarto la cosa fue cambiando. Los azulgranas reaccionaron para empezar a cercar a los de Laso. Para empezar a avisar de lo que podía pasar tras el descanso. Para que el Real Madrid no se durmiera... cosa que, por otra parte, terminó haciendo.

En el tercer cuarto los culés ya tenían el partido a tiro, aunque no fue hasta el cuarto cuarto cuando se pusieron, por fin, por delante en el luminoso. Y Deck falló cuando tenía en su mano la igualada en un momento clave que acabó suponiendo mayor superioridad del Barça en los últimos instantes.

Muy caro pagó el Real Madrid su desacierto en los tiros libres, y es que la mitad de los que lanzaron acabaron fuera de la canasta. Eso, unido a los, ojo, 20 de 26 que firmó el Barça junto con un mayor acierto desde el triple terminaron con las opciones blancas.

Porque Mirotic despertó a los culés tras el descanso, y porque en el final fue un chavalín de 21 años, Jokubaitis, quien puso a los culés en disposición de levantar la Copa.

Ya son 27 entorchados coperos los que suma el Barça. Un Barça que levantó 15 puntos, que se sobrepuso a un horrible primer cuarto en cuanto a la anotación y que reaccionó para derrotar al Real Madrid en la final de Granada.