A falta de minuto y 40 segundos para el final del segundo partido de la eliminatoria entre Real Madrid y Partizan, se produjo uno de los actos más vergonzosos que se han visto últimamente en el Euroliga: una batalla en la pista con golpes e incluso llaves de judo.

El encuentro acabó suspendido por los colegiados después de que hasta 21 jugadores fueran descalificados. Sólo Sergio Llull, Poirier y Leday se libraron de esta descalificación.

El enfrentamiento se inició con una falta de Llull a Punter. El base de Partizan levantó el puño y fue entonces cuando comenzó la pelea. Uno de los momentos más lamentables los protagonizó Yabusele con una llave de judo sobre Exum, que abandonó el Palacio en muletas.

Pero hubo más. Mucho más. Dzanan Musa también fue gravemente agredido. Finalmente ambas partes se separaro, calmando los ánimos y dirigiéndose a vestuarios. La imagen de la paz la protagonizaron Rudy Fernández y Obradovic, que acudieron al vestuario abrazados.

Tras el choque, el técnico serbio quiso poner paz: "Creo que esto que ha ocurrido no es bueno para el baloncesto, para el Madrid o el Partizan. Los jugadores tienen emociones, se han saludado al final y no pasa nada. Desde este momento voy a intentar calmar las cosas, quiero que se hable de baloncesto. Aquí siempre se trató bien a todo el mundo".

"No hay que darles más vueltas, da igual quien empezara o quien no, hay que hablar de baloncesto", finalizó el preparador.