La educadora del museo del Prado Maite Resino explica que la provocación de esta obra radica en que "la modelo mira directamente al espectador" y Maier añade que mira de una manera bastante evidente que parece que dice: "Métete en la mano conmigo, Manolo".

De hecho Maier cuenta que "la Inquisición acabó llegando hasta Goya, pero el pintor se hizo el loco y contó que aquello era una Venus".

Resino explica a los visitantes del Prado que los cuadros "eran las revistas de la época, no había tele y Goya nos está hablando aquí de la libertad de mirar a una mujer desnuda porque me apetece". El cuadro en cuestión explica Maier "que estuvo guardado mucho tiempo y llegó al Prado mucho más tarde que 'La maja vestida'".