En España cada vez es más común hacer visitas turísticas en cementerios, aunque en Europa hace años que lo tienen normalizado. De hecho, lo equiparan a visitar lugares de culto, como las iglesias: "Antes las iglesias se veían solo como lugares de culto y ahora se ven como patrimonio histórico artístico", asegura una guía.
Quienes los visitan destacan su riqueza arquitectónica, que los convierte en parada obligatoria. "Todos los fines de semana intentamos hacer una visita guiada", comenta una mujer.
Y, es que, entre sus calles silenciosas, además de amigos y familiares, también descansan celebridades, por lo que los convierte en una oportunidad para conocer, recordar y ampliar los conocimientos sobre ellos y su historia. Como el de San Fernando, en Cádiz, donde descansan los restos de Camarón de la Isla, que 31 años después de su muerte las visitas a su tumba siguen siendo constantes año tras año.
Lo mismo pasa con el mausoleo de Lola Flores, que es uno de los más visitados del cementerio de la Almudena, en Madrid. Un camposanto donde descansan también más de cinco millones de personas. Porque su recuerdo, como ella, es todo arte.
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Las causas Bien por alguna tragedia o por elementos naturales, e incluso por la contaminación, muchos monumentos necesitan pasar por restauración para recuperar el brillo perdido.