La muralla de Burgos tiene un nuevo componente, un cenador particular de grandes dimensiones que ha colocado un vecino. Según el Ayuntamiento, el propietario de la vivienda desde la que se accede al cenador, tenía permiso para restaurar la muralla, pero no para montar la estructura.

Además, sostiene que ese fragmento de la edificación fue donado a la ciudad por un particular en 1973, aunque nunca llegó a tramitarse oficialmente.

Se trata de una estructura metálica y acristalada que no concuerda con la época de la muralla y que ha causado polémica entre los burgaleses.

El Ayuntamiento de Burgos no ha atendido a laSexta Noticias, pero según el diario El País ya se ha paralizado la obra. Ahora queda por aclarar quién es el propietario de ese tramo de la muralla.