La 'Dama en el Edén Concert' es la nueva obra de la discordia. Según su dueño, hay estudios periciales que confirman que fue pintada por Picasso en Barcelona en 1902. Los herederos del pintor lo niegan. "Los herederos certifican a ojo y no admiten trabajos de rigor científico", critica Rómulo-Antonio Tenés, investigador de arte.

Ellos son los únicos que pueden decir si una obra es de Picasso o no. El dueño del cuadro ha recurrido a los tribunales y la sentencia podría afectar a otros cuadros. Según Tenés, hay informes periciales que confirman que también hay otras obras que pertenecen a Picasso, pero no lo son.

Un tercio de las expuestas en el Museo Picasso de Barcelona pertenecerían a su padre, José Ruíz Blasco. Tenés se atreve a ir todavía más allá. "De aplicar los análisis químico científicos, se verían que las firmas han sido manipuladas. Que la caligrafía es de José Ruíz Blasco, y no de Picasso".

El museo Picasso de Barcelona ha desmentido estas acusaciones y tienen pensado reunirse en breve para dar su versión oficial. Todas estas dudas podrían aclararse en 2018. Jaume Sabartés, el secretario de Picasso, tenía en su poder un legajo con toda la documentación de las obras del pintor. Un legajo confidencial hasta el año que viene, cincuenta años después de su muerte.

"Veremos qué documentación guardaba Sabartés y si efectivamente, como se dice, hay algunas obras de Picasso en el Museo Picasso que son de su padre", explica Carlos Quílez, periodista de 'Crónica Global'. Los documentos de Sabartés podrían cambiar muchas cosas. No solo la autoría de algunos cuadros de Picasso. Prestigio y mucho dinero se perderían por el camino.