Un hombre entra en una galería de arte de Colorado, en EEUU, y sin previo aviso saca un cuchillo y raja una pintura por dos sitios. Y no se trata de una obra cualquiera, sino que es una de Christopher Wool que vale más de 2,5 millones de euros. El tipo tal como entra se va, mientras una de las empleadas de la galería le mira como diciendo "pero qué has hecho".

Lo más inverosímil es que este individuo es el hijo del dueño del cuadro. Y todavía más alucinante es que recorrió más de 16.000 kilómetros en tres días para poder perpetrar el ataque. Voló desde su casa de Londres a Denver y allí alquiló un coche hasta el lugar de la exposición. Rajó el cuadro y se volvió a Londres. El motivo se desconoce, pero la policía está intentando arrestarle.

Este acto vandálico no es el único que ha sufrido el mundo del arte, y es que ha habido muchos. Empezando por nuestro 'Guernica', que fue atacado durante su estancia en los EEUU por un artista iraní que protestaba por la Guerra de Vietnam. Escribió en el lienzo "Muerte a todas las mentiras".

Otro de nuestros imprescindibles: 'La Venus del espejo' de Velázquez, fue acuchillada hasta siete veces durante su estancia en la National Gallery de Londres. Una de ellas en 1914, cuando una mujer que protestaba contra el arresto del líder del movimiento sufragista trató de acabar con "la imagen de la mujer más hermosa de la historia de la mitología" en protesta contra el Gobierno.

La Gioconda también ha sufrido lo suyo. Durante una cesión temporal al museo de Tokyo fue rociada con pintura roja.

En 1972, la Piedad de Miguel Ángel fue golpeada 15 veces con un martillo por un visitante mientras gritaba: "Soy Jesucristo resucitado de entre los muertos". Desde entonces está protegida por un vidrio a prueba de balas.

A Rembrandt también le han atacado. En 1975, un desequilibrado acuchilló 'La Ronda de Noche' y en 1985, otro visitante vertió ácido sobre el cuadro. Por suerte, todos estos ataques han tenido arreglo y se han quedado en solo un gran susto.