Ocho meses después del incendio que asoló Notre Dame, las cámaras de la televisión han entrado en la catedral: allí el panorama es desolador, con zonas aún a cielo abierto.

Totalmente desangelada y sumida en el silencio, vemos lo que queda del esplendor de Notre Dame a través de sus ruinas y goteras.

Si la estructura sigue en pie todavía es por la rápida actuación de los bomberos. Un documental de la televisión francesa ha revelado cómo se tomó esa difícil decisión: el dilema era si valía la pena arriesgar la vida de 20 hombres para salvar un edificio.

En él, llama la atención cómo el presidente de la república tiene que tomar la decisión basándose en este simple croquis y cómo, tras unos segundos de tensión, Macron da luz verde con un guiño que ha cambiado la historia, pero que para muchos se trató de una temeridad por parte del presidente.

La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, reivindicaba que "en este caso no se trataba de salvar vidas porque no había nadie dentro".

Pese a todo el esfuerzo, el futuro de la catedral sigue siendo incierto; a día de hoy no se puede decir que esté salvada, y siguen siendo muchas las incógnitas acerca de la reconstrucción y de si finalmente será posible revivir Notre Dame.