De todos los tamaños, formas y sabores. El verdadero día del roscón ha llegado. Por ejemplo, con un homenaje al rey Baltasar. En este caso, ya no hace falta tener el chocolate a la taza cerca porque lo tenemos encima del roscón.
"La parte de arriba del riscón se baña en chocolate caliente y se va colocando para decorar el roscón", explica José Fernández, maestro pastelero.
El resultado: sabor tradicional con la intensidad del chocolate negro. Pero no es el único tributo dulce, la variedad hace dudar hasta el punto de ser difícil elegir entre sus majestades.
Gaspar puede aparecer convertido en un Rocher. "Lleva una crema de avellana y la mousse de chocolate con leche", explica Fernández. Y leche también en las escamas del delicado chocolate que lo adorna.
Si lo que se busca es algo aún más azucarado, no se pierdan el homenaje a Melchor. Un roscón con extra de dulce de leche, chocolate blanco y vainilla.
Aunque es imposible olvidar la tradición de dejar galletas a los camellos, lo que reina en estos días son los roscones de vanguardia que se llevan casi de tres en tres. Porque gusta cambiar y poner de una forma distinta la guinda a nuestra dulce Navidad.