Como es tradición, el último miércoles de agosto las calles del municipio valenciano de Buñol acogen la fiesta internacional de la Tomatina.

Los asistentes se arrojan unos 150.000 kilos de tomates en esta divertida batalla que cada año reúne a visitantes de todo el mundo. En esta edición, se ha publicitado la fiesta con un cartel con la temática de la exitosa serie 'Juego de tronos'.

El primer evento de la Tomatina comienza en torno a las 10 horas de la mañana con el conocido como 'palo jabón'. Esta actividad consiste en un poste engrasado al que los participantes tratan de subir para alcanzar un jamón colgado en la parte superior.

Una vez que se consigue el jamón, se da la señal para el comienzo de la batalla de tomates. En torno a las 11horas de la mañana, los asistentes escuchan esa carcasa o traca que anuncia el inicio de la fiesta. Varios camiones distribuyen los tomates entre los asistentes, a lo que se suman los frutos tirados por los vecinos desde los balcones de sus propias casas.

Transcurrida una hora, una segunda carcasa anuncia el final de la batalla. Los equipos proceden a la limpieza de las calles, que según asegura la organización quedan mucho más limpias gracias a las propiedades de los tomates. Los participantes también aprovechan esta limpieza para asearse. El ayuntamiento provee las calles de duchas para ello.

No se recomienda la entrada a menores de 16 años, que quedarán bajo responsabilidad de sus padres o tutores legales. Para compensar esto y que nadie quede fuera de la fiesta, en la edición de 2019, el sábado anterior a la fiesta oficial, el 24 de agosto, los niños disfrutaron de una Tomatina infantil pensada especialmente para ellos.

Desde 2013 se ha ido regularizando el aforo a la fiesta de la Tomatina por motivos de seguridad. Actualmente, se ha establecido un límite de 22.000 personas.

Los tomates empleados en el evento son unas frutas no aptas para consumo humano y que tendrían que tirarse si no se utilizaran en esta fiesta. Además, están muy maduros y deben ser aplastados antes de lanzarlos para evitar dañar al resto de participantes.

Se recomienda que los asistentes utilicen gafas de buceo o similares para protegerse los ojos de los jugos del tomate, que por su acidez pueden resultar molestos.

Esta fiesta, declarada de interés turístico internacional desde el año 2002, coincide con el patrón de Buñol, San Luis Beltrán. Tiene sus orígenes en 1945 y surgió como casualidad. No se tiene la certeza completa de su origen, pero la versión más extendida habla de que unos jóvenes estaban en la plaza del pueblo viendo un desfile de gigantes. Se acercaron y comenzaron una pelea con lo que encontraron en ese momento: un puesto de verduras en el que había tomates.

Durante unos años incluso estuvo prohibida. Los ciudadanos reivindicaron su fiesta y llegaron a celebrar una especie de 'entierro del tomate' para protestar por esta prohibición. Finalmente sus quejas dieron resultado y se oficializó la fiesta.

En 2018 Buñol celebró su edición de la Tomatina más feminista mostrando su total rechazo a cualquier tipo de machismo. Se instalaron puntos violeta con personal a lo largo de todo el recorrido y se recogieron lemas como 'el no sigue siendo no' en muchas camisetas moradas y en los camiones que repartían los tomates.