"Ya no duele tanto. Podemos hablar, lo hemos trabajado". En agosto de 2016 la vida de José, Pope, Jaime y Juanca, más conocidos como Supersubmarina , se acabó tal y como la conocían ellos, sus familias y todos sus seguidores. La banda regresaba de una actuación en un festival en Cullera cuando sufrió un brutal accidente de tráfico. Ocurrió en el kilómetro 168 de la carretera N-322. El Seat Alhambra gris en el que viajaba el grupo impactó contra una Mercedes Sprinter blanco en una colisión frontolateral. El vehículo del grupo terminó estrellado a un lado de la cuneta.

Fue un fundido a negro a una carrera musical en pleno auge, un trauma colectivo del que salieron vivos contra todo pronóstico. Ahora, ocho años después, regresan para contar su historia, han decidido hablar y seguir avanzando.

Lo hacen en forma de libro: 'Algo que sirva como luz'. En palabras del periodista Fernando Navarro, los de Baeza y todo su entorno explican el duro camino que atravesaron (y que siguen transitando). Un libro duro, que no romantiza la historia ni sus secuelas (físicas y emocionales), pero necesario para entender los silencios, para acompañarles en su presente. "Hay sentimientos encontrados. Este es el libro que nunca quise editar, pero es el que tenemos. Es un libro lleno de luz, lleno de esperanza. Es la historia de cuatro amigos que hará que quienes no los conocen los amen", explica la editora del libro.

"Y bailar con la muerte no es buen plan..." (Canción LN Granada)

José, Pope, Jaime y Juanca ingresaron en el hospital con graves lesiones y roturas en su cuerpo. Juanca (batería del grupo) sería el último en abandonar la UCI tras 47 días ingresado. Cuando despertó del coma inducido creía que el accidente había tenido lugar en su despedida de soltero (pues se casaba el 23 de septiembre). De hecho, pidió perdón a su familia y su novia porque "la despedida se nos fue de las manos". Una 'anécdota' que da cuenta de la brutalidad del impacto. En este tiempo, Jaime (guitarrista) ha pasado por más de 40 operaciones para lograr salvar su pierna. Así, las entradas a quirófano y el dolor se convirtieron en parte de su rutina. "Ahora puedo caminar bien, de hecho tengo pierna. No es perfecta, pero me permite hacer lo que quiero. No puedo quejarme, me ha tocado". Durante su recuperación, el guitarrista también sufrió una grave depresión que le hizo pensar en el suicidio.

"Tras el accidente queda un pitido, un pitido que no se va. Estás durmiendo y lo sigues escuchando. Solo quién lo vivió lo sabe", explica Pope (bajista y la persona que conducía en ese momento). Fue el primero en recibir el alta médica, aunque a día de hoy el sentimiento de culpa no le abandona del todo. "Tenía siempre en la cabeza que yo era el que conducía, el que había parado todo. Yo tuve la responsabilidad y no sabía cómo estaban ellos hasta pasado un tiempo", recuerda el músico. "Ellos en ningún momento tuvieron una mala reacción hacia mí", añade. Pero, Pope no puede terminar la frase, Jaime le interrumpe: "Tú no tuviste la culpa de nada. Somos un grupo y nos pasó. No tiene que cargar con eso".

José, más conocido como 'Chino', sufrió las lesiones más severas en el accidente. Su recuperación ha sido asombrosa y ha ido rompiendo pronósticos médicos durante estos años. No obstante, es el único que no puede recordar nada de la tragedia ni de los ocho años anteriores al accidente. Su memoria es un agujero negro, el compositor del grupo no recuerda cómo era subirse a un escenario.

El intengrante y vocalista del grupo Supersubmarina, José

"Ya no duele tanto y podemos hablar"

"No quiero lágrimas, no os quiero ver tristes. Nos merecíamos ver a la gente que nos quiere y compartir un rato con ellos", afirma Juanca emocionado. Es el primero en hablar sobre el escenario tras una ovación de varios minutos. En el Teatro Pavón de Madrid hay casi 600 personas (entre medios, familiares y seguidores) y la emoción se respira desde la entrada a la sala. Ha sido el escenario elegido para ese reencuentro, que no regreso. Y es que Supersubmarina nunca se fue, todo lo construido permanece. "Estamos todos, si alguno se hubiera quedado allí, no quiero ni imaginarlo", añade Jaime, que explica que, durante el proceso de recuperación, estos cuatro amigos llegaron "a perder el contacto, el contarnos realmente cómo estábamos".

Para José, compositor y lider de la banda, es su primera vez sobre el escenario. La primera vez que él va a recordar. Su preocupación antes de salir: "A ver si voy a tropezar con los cables...". 'Chino' está feliz y muy emocionado, "Supersubmarina es lo más bonito e importante que le ha pasado en la vida". Reconoce que han sido años "durísimos" de recuperación y rehabilitación del daño cerebral que sufrió, pero se muestra optimista (siempre lo hace) con sus avances: "Me queda poco".

Supersubmarina regresa a la escena pública y lo hacen sin presentar o estrenar un nuevo tema. "Es la primera banda que se va a comunicar con su público con un libro, con un relato sobre su amistad", apunta el autor. Pero, ¿por qué ahora? "Porque ya no duele tanto, podemos hablar. Lo hemos trabajado y lo hemos normalizarlo tras recordarlo una y otra vez. Ahora recuerdo el accidente de la forma más objetiva posible", apunta Jaime, que no duda en mencionar y agradecer a los médicos que le salvaron la pierna. Un reconocimiento a la sanidad pública tambien presente en el libro, esta vez en boca de Leni, la madre de Juanca.

Los integrantes de Supersubmarina Juanca, Pope y Jaime

"Manda una señal para que sirva como luz"

Supersubmarina lo tiene claro: "Ahora toca reinventarse, siempre teniendo en mente la música. La vida es cambio y nos puede llevar a cosas buenas". En unos días, junto al libro que se ha publicado este jueves, los de Baeza publican la maqueta que les abrió las puertas de Sony con apenas 20 años. Una maqueta a la que siguieron casi 10 años de éxitos en la escena musical. "La maqueta es la esencia, la base del grupo. Es lo que éramos antes de nada y se ve evolución", explica Jaime.

Esto también es importante, muestra su reconciliación con lo que fueron. Y es que Pope, por ejemplo, tardó años en volver a escuchar los temas del grupo. "Me dolía escucharnos, me salía de los pubs cuando sonaba alguna canción nuestra", confiesa. Actualmente, Pope trabaja como fotógrafo y hace años que no toca el bajo. De hecho, el primer amplificador del grupo (que era suyo) se lo regaló hace tiempo a Andrés, sobrino de José. "Lo quiere utilizar para un proyecto musical que quiere emprender. Esperemos que para él signifique lo mismo que ha sido para nosotros. Tiene el talismán". Para Juanca, "el golpe de realidad vino después". Por eso, y durante su estancia en el hospital, él seguía escuchando sus canciones y convencido de que tras el alta hospitalaria todo volvería a la normalidad. "Estaba puesto de fentanilo en el hospital y en modo 'happy'. Por mí en 2017 ya íbamos palante".

Y tras la maqueta, ¿qué viene? "Queremos estar bien y hacer cosas juntos. Sin más pretensiones que avanzar, sin presión. Vamos a seguir aportando cosas al margen de lo que es el desarrollo de una banda normal (conciertos, salida de disco y demás)", explica Juanca. 'Chino', por su parte, insiste en el nuevo disco en un futuro: "Seguro, segurísimo. Soy muy cabezón". Pero, de momento, esta no es la historia de un regreso, de una vuelta a los conciertos. Este es el retrato de una amistad, de un trauma colectivo, de un proceso de recuperación aún por completar. Esta es la historia de cuatro amigos de Baeza que siguen vivos.

 

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