Guillermo del Toro llega a los Oscar con 'Pinocho', al que ha dado vida gracias al stop-motion. La película, nominada a mejor largometraje de animación, utiliza está técnica para dar vida al personaje y dotarle de una mayor sensación de realismo.

El filme está compuesto por 170.000 fotografías, según apunta David Caballer, animador de stop-motion, y explica la técnica consiste en "hacer fotografías y mover el objeto" una y otra vez, de forma que, al unirlas todas, se crea la ilusión. Además, Caballer detalla que para hacer un minuto de animación, se realizan 1.400 fotografías.

"Son figuras que al estar en movimiento cobran una vida muy enigmática", declara Carlos Navarro, profesor de animación en la Escuela de Arte ESDIP. Se trata de un trabajo casi artesano y en cuyo resultado no se aprecia todo el esfuerzo que hay detrás, pues "un animador al día solo hace entre dos y seis segundos. Proyectos de series o largometrajes pueden ir a cuatro o cinco años", indica Javier Tostado, director de Inspire Animation.

Fue prácticamente un error el que llevó a descubrir esta técnica a sus inicio del siglo XX y se ha utilizado en grandes títulos de la historia del cine como 'Pesadilla antes de Navidad'. Aquella técnica, ahora más avanzada, sigue muy vigente en estudios de animación en los que cada pequeño detalle cuenta, todo para dar vida donde no la hay y sumergir a los espectadores en la magia del cine.