La historia de Jorge es de pura devoción por la Semana Santa. Es costalero y sordo: escucha gracias a un implante coclear, pero cuando está debajo de una imagen tiene que quitárselo.
Él se guía por el instinto y por las vibraciones que nota debajo del paso y todo con la ayuda de sus compañeros. "Debajo del paso no escucho nada, pero siento la vibración, los compañeros", apunta.
Este joven sevillano vive, desde niño, con ese implante coclear bilateral y explica que "lee los labios" para llevar el paso. El roce del traje le obliga a quitarse el implante, pero nunca ha sido impedimento para perseguir su pasión: "Desde chiquitito le dije a mis padres que quería ser costalero".
Casi una década después, lo hace en cinco cofradías diferentes. "Los minutos de antes siempre estoy muy nervioso y cuando me meto debajo del paso ya voy a disfrutar con los compañeros", asegura.
"Para mí ser costalero es la pasión, la fe. Debajo del paso no escucho, pero escucho de corazón", asegura Jorge.
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