Hace 100 años que una mujer salió a pedir perejil a una vecina y su hijo nació solo. Se sentó en una silla que había en su casa para cuando nacían y esperó la vuelta de su madre, que al verle le dijo: "¡Que sea la última vez que naces solo!".

Así comenzaba su historia Miguel Gila en el escenario. Y continuaba siempre del modo más surrealista: atrapando a Jack el Destripador o parando la guerra porque el sargento se había quedado atascado en el cañón.

Un humor pionero en nuestro país que abrió muchas puertas y tocó, disfrazado de inocencia, todos los temas que quiso.