Sobral, que no acostumbra dar entrevistas, ha hecho una excepción con el diario luso Público, que publica una conversación en la que el intérprete habla de su año como vencedor, que llegará a su fin el próximo sábado, cuando se elija al triunfador de 2018.
Preguntado si conoce las canciones candidatas de este año, el portugués respondió que apenas ha escuchado las de Portugal e Israel, a la que accedió por una alerta de Youtube y que no ha sido de su agrado.
"Youtube me obligó a verla. Cosas de la tecnología. De repente, Youtube pensó que me gustaría la canción de Israel, y entonces abrí aquello y salió de ahí una canción horrible. Pensé: Youtube, muchas gracias, pero no es esto", comentó Sobral. Y agregó: "Afortunadamente, este año no tengo que oír nada".
El artista, que prepara una actuación en la gala final del sábado junto al brasileño Caetano Veloso, se mostró también escéptico sobre el efecto que su victoria, basada en una apuesta intimista y simple, pueda haber tenido para cambiar la esencia de Eurovisión, repleta de efectos y que gusta de puestas en escena espectaculares.
"No creo que haya cambiado algo. El año pasado las personas decían: '¡ahora que ganaste, esto va a cambiar!' No creo. Tal vez en el futuro", sostuvo.
Sobral avanzó que ve su inminente relevo como vencedor del festival como una "liberación", a partir de la cual espera ser conocido "solo como Salvador Sobral", y aseguró que, tras doce meses de experiencia, lidia mejor con la fama repentina que le granjeó la victoria de "Amar pelos dois" (Amar por los dos).
"Cuando llegué a Portugal, después de la victoria, fue duro. Me hartaba de llorar. Me decía a mí mismo: '¿qué he hecho?' No podía salir a la calle. Pero después el tiempo fue pasando, estuve todo aquel tiempo en el hospital por la operación (trasplante de corazón al que se sometió en diciembre) y las personas fueron entendiendo, más o menos, como soy, y me respetan", apuntó.
Pese a su alejamiento de Eurovisión, admitió que el certamen le trajo "muchas cosas buenas" como tocar en festivales y teatros de España "lindísimos" y actuar con Veloso, uno de sus ídolos.
"Por lo tanto, existe una relación de amor-odio, pero en la balanza de lo que esta experiencia me trajo, vislumbro más cosas positivas que negativas", reflexionó.
Una experiencia que cumple su ciclo el sábado, cuando Sobral y Veloso interpretarán "Amar pelos dois", con Júlio Resende al piano, una excepción en el certamen, donde los instrumentos en directo no están permitidos, solo las voces.
El portugués, de 28 años, dice ser consciente del peso que su victoria, la primera de Portugal en el festival, tuvo, pues implicó albergar la gala este año en Lisboa.
"¿Sabe lo que pienso muchas veces? Es horrible lo que voy a decir, ¡pero es verdad! Pienso que si hubiese un ataque terrorista, ¡la culpa es mía! En Lisboa, afortunadamente, nunca ocurrió nada de ese género, pero tengo ese tipo de pensamientos", apuntó.
Preguntado sobre las posibilidades este año de sus sucesoras, Cláudia Pascoal e Isaura, comentó que ve difícil que ganen "por cuestiones políticas e incluso prácticas" ya que, asevera, no sabe si habría "dinero para volver a acoger un festival como este".
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