Floristas y libreros llenan las calles de Barcelona en un Sant Jordi que luce un cielo gris desde primera hora, con una llovizna que ha obligado a los tenderos a armarse con plásticos para protegerse, y en el que centenares de personas han recorrido las calles del centro con paraguas en mano.

En la Rambla, Sant Jordi empezó un par de días antes con las fiestas de Semana Santa, cuando hubo más turistas: "Cada año es diferente", afirma Carolina, cuarta generación de floristas en un puesto en la célebre avenida.

A la espera de que la meteorología aguante con poca lluvia hasta el momento "más fuerte" de ventas, al mediodía, en el puesto en el paseo de Gràcia de la librería Joc de Paraules de Caldes de Montbui han protegido con plásticos los libros.

Algunas rosas tienen también un mensaje de solidaridad, como son las que venden en el paseo de Gràcia entidades como la Creu Roja, la Fundació Pasqual Maragall y la PAH.

El cielo gris no ha sido impedimento para que decenas de lectores se agolparan en colas ante los puestos de firmas de libros: "Nos hemos levantado a las seis y media de la mañana y desde las ocho estamos aquí", afirma Laura, primera en la fila, junto a sus amigas, a la espera de pedir una firma al escritor Javier del Castillo. "No importa si llueve, llevamos paraguas", ha añadido con optimismo.