En su discurso durante la ceremonia de entrega de la XXXVI edición de los Premios Princesa de Asturias, el autor de 'Canadá' ha hecho una reflexión sobre la función de la literatura y de la "tarea poética" del literato de acrecentar el número de cosas que pueden concebirse, lo que convierte su oficio en una vocación "gozosa".

Los escritores son, a su juicio, "optimistas natos" que viven de su vocación de crear para los demás "algo bueno que antes no existía" aunque en su caso, ha lamentado, su fallo es que la excesiva gravedad de lo que ocurre en el mundo actual no le predisponga demasiado a la alegría.

"Los norteamericanos lo vivimos cuando vemos que Donad Trump puede llegar a ser nuestro próximo presidente y les pasa lo mismo a los ciudadanos españoles cuando ven las desigualdades de renta y el abatimiento económico, a los franceses, a los griegos y a los eritreos que huyen de África", ha añadido.

Estas circunstancias, ha apuntado, hacen "aún más necesarios los actos de la imaginación encaminados a inventarla" en una vida llena de infortunios que permite "aunar la desdicha con la felicidad".

Ford, que ha mencionado en su discurso a autores como Ortega y Gasset, Cervantes y Henry James, ha señalado que, pese a que los intolerantes del mundo se afanen "por dividir violentamente a los seres humanos",