En la noche de reyes, no son únicamente Sus Majestades los que salen a la calle. La fiesta también invade esta noche tan navideña. Salir horas antes de abrir los regalos es una costumbre que se va afianzando. Es la recta final de unas interminables fiestas.

"La noche de Reyes es el culmen de la Navidad porque es la última noche y hay que disfrutarla", explica una de las personas que aprovecha la llegada de los Reyes para disfrutar de la noche. Mientras unos duermen plácidamente, otros prefieren esperar con música y baile a sus Majestades de Oriente.

La ventaja, los precios: son más bajos y el bolsillo lo agradece. El ejemplo, un reservado que en Nochevieja podría costar 500 euros se reduce en esta ocasión a 200, prestando el mismo servicio.

Además tenemos más espacio, de momento, en la pista, lo que permite lucir mejor las últimas adquisiciones. A pesar de que la noche ha caído, entre semana el ritmo de las consumiciones se acelera. "Se sirven más de 700 copas. Hemos reforzado el personal", asegura una camarera.

El dueño del establecimiento recalca la buena caja que hacen los bares en la noche de Reyes: "No es que sea un fin de año, pero es una noche importante". Mientras llegan las peticiones y los deseos a los Reyes, toca esperar al amanecer para saber si los mismos se conceden.