El mayor taquillazo de estreno de un documental en Reino Unido ha sido el de Amy Winehouse. El éxito y la trágica muerte de la artista a sus 27 años llegan a España para demostrar una teoría, que la música también vende en el cine. El último Goya para un documental contaba la historia de Paco de Lucía, y en 2013 y 2014 dos documentales musicales ganaron el Óscar.

La voz de Amy aún resuena en nuestras cabezas. Sólo dos días después del estreno español de este documental, la vida de la desaparecida Amy Winehouse ha dejado un récord de taquilla en Reino Unido y una profunda reflexión social para todos.

Amy murió con sólo 27 años, la misma edad a la que falleció Kurt Cobain, alma de Nirvana. Kurt estrenó instrumentos de pequeño, y creció como un rebelde enganchado a las drogas. Su historia y su música se convirtieron en icono de la generación 'grunge' y también en otro buen documental, estrenado hace sólo unos meses.

A finales de este año, el cine también nos marcará otro ritmo, el de una obra de arte musical, El disco 'The wall' de Roger Waters y Pink Floyd. Un buen ejemplo es el modesto pero impactante documental sobre Sixto Rodríguez. Su peculiar vida llegó a los cines para acabar ganando el Oscar al mejor documental.

Para Iván Muñoz-Rojas, periodista musical y guionista, "uno de los motivos por el que los documentales de música se están expandiendo cada vez más es porque es más barato hacer documentales ahora que hace dos décadas" apunta. Se venden menos discos que antes, y quizá por eso se hacen más documentales musicales que acaban ganando premios.