La mansión de Barbie, la mítica casa de muñecas de Mattel, ha cobrado vida. Con motivo del estreno de la película 'Barbie', se ha recreado a tamaño real la casa rosa de la muñeca y ahora podemos vivir la experiencia de sentirnos como ella. Está perfectamente equipada, con televisores de última generación (de los años 50), una piscina y ducha sin agua y un tobogán por el que deslizarnos por la fantasía de la célebre muñeca. También un Cadillac rosa, y todo un universo recreado en diferentes tonalidades de ese color. Tanto, que se agotaron todas las existencias mundiales de pintura rosa.

El sueño de toda niña, hecho realidad, porque está ahora de puertas abiertas. Airbnb ha lanzado un sorteo de dos estancias para dos personas en ese set de rodaje que materializa el día a día de Barbie. Podemos incluso dormir en esa glamurosa cama con forma de corazón y colcha de lentejuelas. Con esta iniciativa, además, pretenden dar visibilidad al estreno de la película con una campaña que nos invita a vivir esa vida de película.

El salto del celuloide a la vida real también se produjo en otras campañas como la del remake de los Cazafantasmas. En 2016 intervinieron la estación de metro de Alonso Martínez, en Madrid y la convirtieron en una 'estación fantasma'. No circulaban trenes, pero en la megafonía sonaba su mítica canción y en los paneles informativos se podía leer: "Ya vienen... Cazafantasmas 2016". En esa misma campaña vimos también circular por la capital el coche de la brigada que daba caza a los ectoplasmas: el Ecto-1. La cara de sorpresa era mayúscula cuando el Cadillac llegaba apresurado y saludaba a los clientes que habían pedido un Uber.

Madrid también tuvo una campaña a la altura de las circunstancias. Había que promocionar 'El Desafio', film que narra la gesta de Philipe Petit, el funambulista francés que cruzó las Torres Gemelas en un cable en 1974. Y decidieron construir la sala de cine más alta del mundo, en la azotea de la Torre Picasso. Un cine con un skyline de vértigo. Y hablando de 'Vértigo', el maestro Hitchcock fue uno de los pioneros en esto de las campañas de marketing de cine. No permitió que la gente entrase a ver 'Psicosis' con la peli empezada. Y, claro, el boca a boca hizo que todo el mundo fuese a verla y, de paso, fuese puntual.

Para promocionar esa cita con el cine, en las calles de Sydney aparecieron unos misteriosos globos rojos atados a las alcantarillas. Era la manera de recordar a los fans de 'It' que su terorífico payaso estaba apunto de volver a aparecer en una de ellas en su nueva versión de 2017. Ejemplos de mundos de película que se cuelan en nuestra realidad.