Muchos vieron a dos hombres besándose por primera vez en la gira de Madonna 'Blonde Ambition Tour'. La diva y sus bailarines se mostraban totalmente desinhibidos en un momento en el que pocos se atrevían a salir del armario. Era 1990, la gira de Vogue.

Un total de siete bailarines alcanzaron entonces la fama, pero al acabar empezó otro tipo de baile, más desacompasado. El elenco lo cuenta en el documental 'Strike a pose' por primera vez. "Había otro backstage que nadie había visto, del que nadie nos había hablado", explica el bailarín Salim Gauwloos.

Tras el estreno de 'En la cama con Madonna', documental vinculado con la gira, tres de ellos la demandaron por invadir su privacidad. Ninguno volvió a actuar con la diva, algunos cayeron el alcoholismo y las drogas, "bebía una botella de vodka cada día", detalla el bailarín Oliver Cumes.

Lo peor estaba por llegar, uno de los bailarines moría de SIDA y no era el único que lo tenía. Entonces había pocas esperanzas de vida. "Finges que eres fuerte, finges que estás seguro de ti mismo", desvela el bailarín Carlton Wilborn.

Nadie confesaba que tenía SIDA porque eso les convertía en apestados. Mucha gente pensaba que se contagiaba con un beso. Ahora, por fin, estos supervivientes se han liberado.