Una decisión que todo editor se acaba cuestionando. No es fácil sacar a la luz un escándalo que involucra a personas influyentes.

Richard Nixon intentó por todos los medios que el Washington Post no publicase la información en torno al caso Watergate. Una derrota para el entonces presidente, y un triunfo para el equipo del Washington Post, que ganó el Pulitzer en 1973.

Al año siguiente, los archivos del Pentágono revelaban información clasificada sobre la Guerra de Vietnam que confirmaba la masacre militar en el sudeste asiático. El Pulitzer le llegó al periódico un año después, confirmándose la victoria en la batalla por la libertad de expresión.

Años después, el equipo de Spotlight del Boston Globe destapó el mayor escándalo de abusos sexuales dentro de la iglesia en la historia de Estados Unidos. Y esto es lo que premia el Pulitzer, las agallas del periodista para informar acerca de lo que muchos no quieren que sepamos.