Un martillazo que hace añicos el corazón. Así es una ruptura, que aunque se intente dejar bien cuesta entender el por qué y entonces... llega la ira. Por eso el zoológico de Sidney, en su especial celebración de San Valentín, te deja ponerle el nombre de tu ex a una de sus serpientes.

Pero muy sano, no es. Sumirse en la miseria, es otra salida que se suele tomar. El Museo de las Relaciones Rotas de Zagreb nutre su colección permanente de eso: cartas, ropa, perfumes que pertenecían a tu ex.

Bloquear a tu ex en redes sociales, evitar verle, dedicarte a algún hobbie o incluso irte de viaje... todo eso es lo que ayuda en realidad a pasar página. Básicamente aceptar y asumir lo que el viento se ha llevado.