A pesar de sus disculpas, IFEMA no ha dado marcha atrás y la obra 'Presos políticos' no ha llegado a exponerse en ARCO. Es la primera obra censurada en la historia de esta feria. Para muchos artistas, la decisión de IFEMA es un paso atrás en las libertades.

"Me parece absurdo. Tenemos un problema que es que el mundo que se dice liberal en el fondo es liberal en lo económico, pero conservador en lo moral", explica Darío Adanti, codirector de 'Mongolia'.

La censura también ha alcanzado a 'Fariña'. Una jueza ordenó su secuestro cautelar tras la demanda contra el autor del exalcalde de O Grove, en Pontevedra, por supuesta vulneración del derecho al honor. "Ni siquiera digo que fue condenado, solo digo que fue procesado", afirma Nacho Carretero, autor de 'Fariña'.

"El secuestro podría estar previsto para cuando se fuera a lanzar una publicación, pero ya cuando lleva tres años distribuído en las librerías y vendiéndose, yo creo que no tiene ningún sentido", declara Ignacio González, portavoz de Jueces para las Democracias.

La censura en ambos casos ha conseguido el efecto contrario. La venta de 'Fariña', por ejemplo, se ha disparado en el mercado de segunda mano y es líder de ventas en Amazon a precios desorbitados.

"En todo tipo de consumos, cuando es prohibido o es un poco sesgado o es difícil acceder a ello, hace que la gente lo desee más. Si les dices que no piense en un elefante, lo primero que hará será pensar en un elefante", destaca Pablo Madrazo, redacto creativo en 'dommo'.

Un caso que recuerda al ocurrido en 2007 con el secuestro de la revista 'El jueves' protagonizada por los entonces Príncipes de Asturias. La decisión del juez se consiguió el efecto contrario. "Son otros los que se hacen cargo y terminan haciendo juicios o condenando por algo que no sabes si a la Casa Real le ha molestado o no", añade Adanti.

El ejemplar, cuyo precio de mercado es de 2,50 euros, llegó a ofertarse en Internet por 2.500 euros.