La de Vietnam fue la primera guerra televisada de la historia. La opinión pública no soportó ver más imágenes como la de la niña víctima del napalm en los medios de comunicación.

Fue tomada por un prestigioso fotógrafo vietnamita para representar el horror del conflicto, pero también plantea un auténtico dilema moral: si tú puedes ayudar a la persona que estás fotografiando, si tienes que intervenir en la situación que estás fotografiando...

Estos dilemas éticos fueron abordados en la obra de teatro 'La piel en llamas', que ahora se adapta al cine y que se pregunta si los medios de comunicación contribuimos a hacer de las guerras un espectáculo.

El guionista de este largometraje, Guillem Clua, que trabajó durante muchos años como periodista, cuenta que desempeñando su profesión se dio cuenta de que "estaba construyendo ficciones" con sus crónicas periodísticas.

¿Dónde está el límite cuando hablamos de vidas humanas?, ¿qué ocurre con las victimas después?, ¿cómo desaparecen y se convierten solo en una estadística? Estos son los dilemas que plantea esta historia en la que Óscar Jaenada da vida a un fotoperiodista premiado por una foto de una niña volando por los aire tras un bombardeo.

Una película que nos lleva a otra guerra, a la de Ucrania, y que nos invita a reflexionar sobre cómo estamos contándola.