"Esta emisión está siendo vista en vivo por millones de estadounidenses, y en todo el mundo hay más de 225 países que ahora nos odian, y creo que es increíble", iniciaba su discurso Jimmy Kimmel.

El humorista no tardó en recordar las palabras de Trump hace tan solo un año, cuando criticó la gala de los Oscar por racista. Ahora, tras conocer las políticas migratorias del magnate, Kimmel le mandaba un mensaje irónico recordándole estas palabras.

La broma provocó risas y aplausos de la audiencia en el vestíbulo, reconociendo una nueva medida de equilibrio racial en los premios después de dos años consecutivos en los que todas las principales categorías de actuación excluyeron a los nominados de color.

Kimmel encabezó su monólogo con un deliberado homenaje a Meryl Streep, nominada al Oscar a mejor actriz y cuya feroz declaración contra Trump desde el escenario de los Globos de Oro en enero dibujó una retorcida respuesta de Twitter de Trump llamándola "una de las actrices más exageradas de Hollywood". El cómico pidió un aplauso para "la altamente sobrevalorada en todo el mundo Meryl Streep".

Kimmel, de 49 años, fue elegido para ser el anfitrión de la transmisión del Oscar, considerado el trabajo más ingrato en Hollywood, después de haber sido maestro de ceremonias para los Primetime EmmyAwards de la televisión, el más reciente en 2016.