La memoria y el arte están unidos. La prueba de ello se encuentra en Valcabado del Páramo, en León. Aunque tiene cinco siglos de historia y se resiste a desaparecer, el artesonado mudéjar de esta pedanía, que data del Siglo XVI, deja ver los "achaques" del paso del tiempo.

"Esto está tocado de muerte. Miras al techo y ves que hay mucha carcoma, humedades, problemas de estructura", denuncia Roberto Caro, secretario de la Junta Vecinal. Para poder restaurarlo, los vecinos están recaudando fondos a través de una campaña de micromecenazgo. Lo cuentan en un taller de memoria al que asisten las mujeres del pueblo cada semana.

"El motivo de luchar por ella y conservarla, no dejarla perder, es lo principal", apuntan los residentes de Valcabado del Páramo. Ahora necesitan llegar hasta 30.000 euros para cubrir un tercio del presupuesto. Conseguido este objetivo, el resto, dicen, llegaría desde el Obispado de Astorga y la dirección de Patrimonio de la Junta de Castilla y León.

No son las Meninas ni ninguna de las Majas de Goya, pero recuerdan que esto es parte de nuestra cultura. "Siempre se ve como cultura a los museos, a las obras de arte, pero esto también es cultura", apunta David Fernández, representante de la Junta Vecinal. Como ellos, casi un año antes, en Quintanilla de Riofresno, en Burgos, consiguieron salvar su retablo.

Y la de Valcabado es otra historia de recuerdos. Los vecinos invitan a todo el mundo a su pueblo, a contemplar su patrimonio y a cuidarlo. Porque el patrimonio, como los recuerdos, son de todos.