Cámaras en alto para inmortalizar el espectáculo de los ninots: es la imagen habitual en Valencia estos días. Estas majestuosas figuras son, además de las protagonistas de esta fiesta, las causantes de las aglomeraciones.

"Venimos de Extremadura y hemos venido a pasar el fin de semana para conocer las Fallas que no las conocíamos", dice un turista.

En las calles de Valencia no cabe ni un alfiler, porque los hay también que repiten, y bien acompañados. "Vengo con mi mujer, mis hijas, mis nietas y aún faltan algunos", cuenta un visitante.

Pero no todos son turistas. También lo dicen los de allí y la Unesco: esta fiesta, Patrimonio de la Humanidad, es todo un espectáculo.

"El humo, ver los trozos de plástico viniendo hacia ti, es indescriptible", señala otro visitante.

Pólvora, música y luces, pero también todos los políticos. Carmena, Rivera o Casado lucen en las calles de Valencia. Y no todo iba a ser política, también hay hueco para la reivindicación feminista. Una falla en forma de útero recuerda la lucha por la igualdad.

Las colosales figuras de madera también dan paso a la gastronomía. "Antes de la mascletá, una cervecita, un vinito y gambitas rebozadas", nos cuenta una mujer.

Hay que coger fuerza durante los días previos para que todas estas figuras, salvo la indultada, suban al cielo de la noche valenciana. Pero hasta entonces, habrá que seguir celebrándolo.