Ni todos los homenajes del mundo saldarían la deuda que la música española tiene con Antonio Vega . Aquel chico de buena familia que encontró su voz en una guitarra y que decía que "jamás" se vería "viviendo de otra cosa que no fuera" de la música. Y menos mal que no lo hizo.

El joven de Majadahonda llegó a la Movida madrileña para decir "así se hace". Cuando la norma era subirse a un escenario y echarle morro, Nacha Pop le echó talento. Así lo hizo Vega con 'La chica de ayer', ese himno que compuso en la playad de la Malvarrosa en Valencia. Fue tanto el éxito que se les fue de las manos y a punto estuvo de eclipsar todo un repertorio. Un tema que decía que no tocaba ni interpretaba "para que la gente se dé cuenta de que (...) es solo una pequeñísima parte" de su historia.

Vega nos habló en sus canciones de sus obsesiones, como la física, el espacio, el amor o las drogas, sin embargo, siempre sostuvo ser "una persona bastante tímida con una tendencia siempre al recogimiento y a la discreción". Aun así, su legado ha hecho que el próximo 12 de mayo Madrid celebre un concierto para conmemorar los 15 años que hace de su muerte.