Al convento de Santa Inés de Sevilla le falta su órgano, y no es un órgano cualquiera, ya que el poeta Gustavo Adolfo Bécquer lo inmortalizó en una de sus Leyendas. Pero ni está perdido, ni lo han robado. Está en la nave de un polígono de Alcalá del Río donde lo está restaurando un organista.

El problema radica en que las monjas del convento no pidieron permiso para hacerlo y ahora la Junta de Andalucía les ha multado. "Nosotros tenemos que hacer velar la Ley y sobre todo la Ley está para velar por el cuidado de las intervenciones que se realizan en el patrimonio histórico andaluz", dicen desde la Junta.

La multa que les han puesto a las monjas es de 170.000 euros, a pesar de que la Junta ha aprobado la restauración a posteriori. Y todo por no haber avisado.

Un técnico de la Junta se personó en el convento y al no ver el órgano cursó la denuncia, pero las monjas ya han avisado de que no tienen tanto dinero. De hecho, tanto los restauradores como el abogado están ayudando a las monjas de forma altruísta.

El convento llevaba 25 años pidiendo una ayuda que la Junta de Andalucía estaba obligada a dar por convenio. El órgano volverá al monasterio a tiempo para sonar en Nochebuena como manda la tradición, como manda 'Maese Pérez, el organista' al que Bécquer dio vida hace más de 150 años.