La localidad pontevedresa de Catoria ha vuelto a defender las Torres de Oeste en el transcurso de la LVII edición de la Romería Vikinga en la que se reproducen las invasiones de los guerreros escandinavos en tierras gallegas.

Sobre la desembocadura del Río Ulla y con el sol posicionado en su cenit, a lo lejos de las denominadas Torres de Oeste comenzaron a escucharse los alaridos y toques de cuerno de unos invasores que remontaban en sus drakar, tradicional embarcación vikinga, los últimos metros del río que divide las provincias de A Coruña y Pontevedra, para asaltar la fortificación medieval catoriense.

Desde tierra los tambores y el fuego amenizaban la llegada de los guerreros nórdicos, quienes ataviados con pieles y el característico casco con cuernos vikingo, descendieron de sus embarcaciones con los rostros completamente manchados de barro y vino al grito de "¡Ursula!", diosa vikinga, hasta alcanzar tierra firme, donde se ha reproducido la histórica llegada del pueblo vikingo.

De esta forma, con las espadas en lo alto y empuñando martillos de grandes dimensiones, los invasores escandinavos asaltaron la localidad de Catoira, en una confrontación en la que en lugar de correr regueros de sangre, el vino del Ulla ponía la nota de color para deleite de los miles de espectadores.