En Briviesca, parte de su casco histórico se cae a cachos hasta el punto de que se declaran seis edificios en ruina al año. El municipio solicitó hace 36 años

el máximo grado de protección, el de Bien de Interés Cultural para que las instituciones estuvieran obligadas a protegerlo.

A día de hoy siguen sin tener respuesta de las Cortes de Castilla y León. Así lo explica Álvaro Morales, alcalde del municipio: "El director general de Patrimonio dijo que en esta legislatura lo iban a resolver peo eso ya se ha oído en diferentes legislatura y el caso es que llevamos 36 años".

Como Briviesca están 12 localidades de Burgos y entre 80 y 90 en todo Castilla y León. "Desde antes de 1985 la mayoría que están pendientes de tramitación, se trata de una anomalía administrativa", cuenta Gumersindo Bueno, el director general de Patrimonio de la comunidad.

Una anomalía que ha denunciado Podemos ante la Junta, que defiende que "es una cuestión de voluntad política". "No quieren resolver esos expedientes", asevera Laura Domínguez, de la formación.

Desde Patrimonio se defienden diciendo que la catalogación no cambia nada. "No va a cambiar nada la situación. El 90% de ellos o más pueden estar en un perfecto estado", asegura Bueno.

Lo cierto es que los bienes de interés cultural con expedientes pendientes desde hace más de dos años no tienen asegurada la protección. Lo dice una sentencia del Tribunal Superior de Castilla y León de 2011 respecto a los restos arqueológicos encontrados en Palencia, destruidos por unas obras del propio Ayuntamiento.

Aunque casi es peor ser BIC. Castilla y León es la comunidad que tiene más patrimonio en peligro, unos 277 bienes, y la mayoría son de interés cultural.