Antonio Machado dijo que solo nos pertenece la tierra donde morimos, y él murió en un pueblo de la costa francesa, en Collioure, donde llegó como refugiado, con lo puesto, huyendo de la Guerra Civil. Y eso que él nunca quiso salir de Madrid.

"Cruzó la frontera en condiciones espantosas, junto a miles y miles de personas, bajo la metralla de aviones alemanes e italianos matando a gente inocente mientras huía. Es un espanto, y su madre estaba medio muerta", comentó Ian Gibson, autor de 'Los últimos caminos de Antonio Machado".

Cabizbajo y muy cansado, Machado fue fotografiado en ese camino del exilio. Nada más cruzar la frontera francesa, le recomendaron refugiarse en una pensión de Collioure.

En la casa Quintana, su propietaria tuvo que darles hasta ropa, porque Machado y su hermano solo tenían una camisa que se intercambiaban, pero él ya estaba muy enfermo. "Salió varias veces a ver el puerto para dar una última vista del mar", explicó Gibson.

El poeta pidió que le enterraran junto a un pequeño cofre con arena de España. "Simboliza la tragedia del exilio. Él terminó en Colliure, a dos pasos de España, pero fuera de su país y con pocas posibilidades de volver", señala el escritor.

Falleció sólo 20 días después de cruzar la frontera, hace ahora 81 años. Junto a su cuerpo posan varias notas y un último verso: 'Estos días azules y este sol de la infancia'.