Quería cruzar el Canal de la Mancha con su plataforma voladora. Franky Zapata había despegado de Francia, pero cayó al mar 18 minutos después de salir.

Él mismo había calculado que tenía solo un 30% de posibilidades de alcanzar su objetivo, pero el mundo de la aviación está lleno de pioneros que se han levantado una y otra vez.

Definidos como auténticos héroes, los aviones no siempre han estado ahí. Hasta que los hermanos Wright consiguieron en 1903 que un aparato volara con tripulación, despegarse unos palmos del suelo no era tan fácil.

Algunos convocaban hasta a la mismísima realeza para su exhibiciones, pero no conseguían alzar el vuelo. Al principio, a base de observar a las aves, la idea consistía en acoplar unas simples alas al cuerpo humano y, así, lanzarse desde puentes o edificios.

No siempre salía bien. Otros probaban con pequeños artefactos y los hay que conseguían planear unos segundos con tripulación.

Se inventaron también las alas movibles adosadas a enormes aparatos cuando corría el año 1900. Entonces se construían raquíticos aviones con madera, tela, y con motores que, en el mejor de los casos, pesaban más de 90 kilos.

Gracias a todos ellos, a esos pioneros, hoy se pueden hacer vuelos de horas y horas sin escalas. Así que sólo es cuestión de tiempo que la plataforma voladora de Franky Zapata surque el océano.