"Hay que ser riguroso. Sabemos que Otzi murió por una flecha que le entró por la espalda, sabemos dónde murió", explica el director de cine Felix Randau.

Un equipo de arqueólogos ha ayudado a asesorar al director. Gracias al perfecto estado de conservación de la momia sabemos qué fue lo último que comió o su edad, 46 años.

"He trabajado con un lingüista y ha reconstruido sobre la base de un idioma que todavía existe, un lenguaje hacia atrás que pensamos que pudieron hablar por entonces", afirma Randau.

Se trata del rético: una lengua de origen etrusco que se hablaba en el Tirol y que la película reconstruye siguiendo sus raíces.

La historia después del descubrimiento de la momia, también tiene sus tintes de misterio. Siete de las personas que han estado en contacto con Otzi, han fallecido prematuramente.

Entre ellas el alpinista que lo encontró. Su mujer todavía desconfía. "Para ella algo de misterio sí que había, que podría haber sido un espíritu que hubiese salido como de la lámpara con su descubrimiento. Pero para mí son solo coincidencias", declara Randau.

El auténtico misterio de Otzi, su vida, ya se desveló y, ahora, se puede ver desde la butaca del cine.