"Somos tan viejos que nuestros cuerpos se caen a pedazos", firmaba Leonard Cohen en su carta de despedida dedicada a Marianne, su musa eterna. La mujer que conoció en los años 60 y con la que vivió en la isla griega donde se conocieron, en Hidra. Ahora, ella ha fallecido a causa de la leucemia y él ha querido despedirse a pesar de la distancia.
Marianne cautivó a Cohen desde el momento en que la conoció y la invitó a compartir mesa con él y sus amigos en una taberna junto al puerto de esta isla mediterránea en la que él se había criado y en la que pasó de ser un poeta a ser un cantautor. Y en esa transición, estuvo ella, la protagonista de la famosa 'So Long, Marianne', que se hizo pública en 1967.
"Somos tan viejos que nuestros cuerpos se caen a pedazos. Pienso que te seguiré pronto. Que sepas que estoy tan cerca, que si extiendes tu mano, creo que tocarás la mía", le escribió días antes de que la enfermedad terminara de arrebatársela.
"Sólo quiero desearte buen viaje. Adiós vieja amiga, todo el amor. Te veré por el camino", quiso despedirse. Y lo logró: un amigo común contestó al músico: "Cuando la leímos en voz alta, elevó su mano cuando mencionaste que estabas justo detrás de ella, tan cerca como para alcanzarla".