A lo largo del universo se extiende un espectacular manto blanco de estrellas. Es la Vía Láctea, y antaño servía de GPS a los peregrinos para transitar el Camino de Santiago. Ni mapa, ni aplicación ni madrugón, con nocturnidad y alevosía bastaba con mirar hacia arriba y dejar que las estrellas guiaran nuestros pasos..

Cuenta la leyenda que desde la Edad Media se creía que fue la senda esbozada por el apóstol Santiago que guiaba y acompañaba al peregrino hasta su sepulcro. De hecho, el nombre de Compostela deriva de campus stelae (campo de estrellas). Porque caminos hay muchos y los mapas pueden estar ahí, a cielo abierto.

Una exposición reivindica a Galicia como lugar para dejarse guiar por las estrellas; en el ciclo 'Vía láctea, guía de peregrinos a Galicia'. Las fotografías revelan que el entorno compostelano alberga dos de los 11 destinos acreditados como miradores privilegiados para el turismo de estrellas.

Las instantáneas inmortalizan que el cielo puede ser el mejor atlas y reivindican el Camino de Santiago como un paseo por las estrellas.