Hay gente para la que correr un encierro no es suficiente. Necesita más y cuando ve que le está saliendo bien se crece demasiado. Es lo que ha pasado este fin de semana en Añover de Tajo, Toledo, donde un joven ha resultado herido por una cogida de toro.

Hay encierros que dan una vuelta de tuerca más al peligro habitual: ¿por qué correr de los toros en un recinto cerrado cuando los puedes soltar campo a través, como hacen en Guadalajara? Estos días se concentran en varios pueblos de la provincia sus encierros en el campo para divertirse unos y sufrir otros.

Más allá de los toros, a finales de agosto llegan tradiciones de las intensas, como en la que un grupo de hombres se visten con cuero recio, cinta americana y una buena máscara de hierro porque la celebración consiste en lazarse petardos, cohetes y todo tipo de pirotecnia. Este domingo se ha celebrado la Cordá de Paterna, pistoletazo de salida a la semana oficial de tirarse cosas unos a otros.

Es lo que han hecho también en Tarazona, a tomatazos contra el cipotegato. Y este miércoles la cita es en Buñol. Una fiesta en la que, con la excusa de tirar tomates, damos rienda suelta a nuestros vicios ocultos, como la ira, la gula, la soberbia y la pereza.

Esto supone un fin de vacaciones agotador, pero que hay que aprovechar hasta el último día.