Desde su París natal, veía Hollywood como su destino. Y accedió al mundillo gracias al papel de villano en 'El Hombre de la pistola de Oro', donde sus características físicas le concedieron algo de ventaja frente a Roger Moore en la piel de James Bond.

Pasaron cuatro años difíciles: noches en su coche y alcohol, para que por fin le volviesen a ofrecer trabajo. Esta vez, para la televisión. Su personaje: el simpático y mujeriego compañero de Ricardo Montalbán en la serie 'Fantasy Island'.

No distaba de la realidad. Con fama de mujeriego, llegó a construirse la piscina más cara de todo Hollywood. Nadaba literalmente en dinero hasta que se divorció.

Y ahí comenzaron los problemas: volvió a la bebida, perdió dinero y descuidó su trabajo. Era la carnaza de todos los periódicos sensacionalistas. Y entonces pidió el mismo sueldo que el de su compañero.

El despido le dejó en paro casi con perpetuidad. Medir 1,22 le ayudaba a conseguir algún que otro anuncio que parodiaba su estatura. Hasta que su parecido con Felipe González llevaron a Gurruchaga a contratarle para hacer unos cuantos sketches en 'Viaje con nosotros'.

En 1993 acabó con su vida de un disparo. Un par de años antes le concedió una entrevista poco convencional al joven periodista Sacha Gervasi.

Montados en una limusina recorrieron las calles de Los Ángeles. Eso es lo que recoge la nueva película de la HBO 'My Dinner with Hervé', un proyecto que ha estado durante 14 años en el punto de mira de Peter Dinklage y que después del éxito de 'Juego de Tronos', ha podido producir y protagonizar.