En cada mensaje navideño, a Felipe VI le gusta rodearse de dos muebles casi únicos: las dos cómodas que se pueden observar detrás de él en las imágenes son de mediados del siglo XVIII, y pertenecieron a Carlos III, un rey al que el monarca tiene especial aprecio.

Se trata de dos piezas de estilo rococó que además tienen otras dos hermanas. Una de ellas está en el Palacio del Pardo, y la otra ha estado extraviada durante más de 200 años.

Se le perdió el rastro prácticamente desde que desapareció del Palacio Real, algo que Patrimonio Nacional no sabe exactamente cómo ni cuándo ocurrió.

Se desconoce si la robaron y la vendieron en el mercado negro. Lo que sí se sabe es que en estos dos siglos ha pasado de mano en mano: todos sus dueños han sido hombres poderosos de los Estados Unidos. Se le vuelve a seguir la pista en 1956, cuando una galería de Nueva York la vendió, aunque nunca dijo a quién.

El pasado abril, Patrimonio Nacional se enteró que la sala de subastas 'Christie´s', también de Nueva York, iba a venderla. No dejaron pasar la oportunidad, aunque no pueden decir que fuera una ganga: pagaron 400.000 euros. Un precio cuatro veces mayor del que tenía de salida.

La cómoda recuperada por fin volverá a casa y podrá verse en el futuro en el Museo de las Colecciones Reales en Madrid.