En su testamento poético pidió que su corazón se lo dieran a la gente. Pero hoy, ha sido al revés. Sus agrupaciones son las que le han entregado el corazón para despedir a Juan Carlos Aragón. Han dicho adiós usando el idioma que mejor se le daba al ilustre carnavalero: la música.

A los 51 años ha muerto el 'capitán veneno'. Y por capilla ardiente, el Teatro Falla. Desde allí, cantó a la religión, al banquero impertinente, o al vino. Siempre crítico y rebelde.

Poeta popular, profesor de filosofía y creador incansable. Aragón revolucionó la chirigota en los 90. Ha sido autor de más de 40 comparsas y le dieron cinco premios. Deja todo un legado coplero y el reconocimiento, que se lo ha llevado entero, en el adiós al 'capitán veneno'.