'La condesa de Chinchón' vuelve a casa por Navidad. Ella también ha estado confinada durante la pandemia, en concreto en una sala de restauración.

Sin embargo, ya cuelga de las paredes del Museo del Prado tan bella como cuando Goya la pintó en 1800. Ha sido gracias a un delicado trabajo que le ha quitado 200 años de encima. En total han sido casi diez meses de una laboriosa restauración a mano.

Esto contrasta con los 15 días que han necesitado para el clon de 'Los desposorios de la Virgen', de Rafael, quien pintó el cuadro en 1504. Para conseguir llegar a una imagen detalladísima se han tomado más de 4.200 fotografías, donde se pueden ver hasta las grietas y las pinceladas del maestro.

El archivo generado informáticamente es tan grande que pesa casi 300.000 veces más que lo que ocupa una foto normal de nuestro teléfono móvil. Quién sabe si en un futuro será imposible distinguir el clon del original.