La batalla de harina del 'Fareleiro' de Xinzo de Limia, en Ourense, es el primero de los tres rituales previosal gran domingo de Entroido el carnaval gallego en la comarca de A Limia, abre en esta jornada un largo ciclo festivo en Galicia.
El carnaval de Xinzo de Limia da un paso más para perpetuar y consolidar es tradición, después de que la secretaría de Estado de Turismo del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo lo haya declarado fiesta de interés turístico internacional.
Pese a este tirón, la localidad pugna por ser uno de los principales polos de atracción del carnaval gallego y, prueba de ello, es que "cada año cuenta con más participantes", ha asegurado el concejal de Cultura, Carlos Campos.
Una de las singularidades de esta festividad respecto a los carnavales de otras localidades, essu carácter “participativo”, ha apuntado Campos, quien ha aclarado que "aquí la gente no viene a ver un desfile" ni a observar desde fuera sino a disfrutar del gran ambiente festivo en esta cita, marcada en rojo en el calendario de visitantes y vecinos.
Prueba de ello, son los cerca de 400 kilos de harina que se reparten entre los participantes convirtiendo a la localidad en una auténtica batalla campal de farelos, que es el nombre que recibe la harina, este año con una novedad, y es que se reparten en mano y no en bolsas de plástico, para luchar contra el excesivo consumo de ese producto dañino para el medio ambiente.
Pese al aparente caos, sus vecinos aseguran que el Fareleirocuenta con una especie de reglas no escritas, que consisten en no tirar harina en los ojos, coches ni escaparates de los establecimientos comerciales. Para poder disfrutarlo por todo lo alto es preceptivo "meterse en fariña", o lo que es lo mismo, "llenarse de harina".
El resultado es una estampa blanca que se puede divisar a bastantes metros de la plaza. De hecho, otro elemento habitual de esta fiesta es que los participantes opten por vestirse con ropa vieja y las gafas de buzo a fin de que la harina no entre en los ojos y mascarillas, dada la gran cantidad de harina que se arroja en el lugar.
Un fenómeno que, sin embargo, no siempre ha tenido tanto protagonismo, ha apuntado el concejal, quien ha recordado que la localidad ha pasado de tener, en la década de 1980 tan solo quince participantes en el Fareleiro y un pequeño grupo de personas que tiraban las olas en el domingo Oleiro, a unas 300 olas y cuatrocientos kilos de farelos, en la actualidad”.
Pese al evidente tirón que los organizadores prevén obtener del reconocimiento internacional de su fiesta, los representantes municipales optan por la prudencia con el fin de "evitar masificaciones" en esa pequeña localidad gallega. Numerosos grupos no han encontrado alojamiento, pese a su búsqueda desde hace varios días, en ninguno de los hoteles y han tenido que buscar habitación en pisos de la zona.
Con el Fareleiro, la localidad iniciaun mes de celebraciones que tendrán continuidad el próximo domingo con el Oleiro antes de continuar con el Corredoiro, antesala a los días grandes del Carnaval, y, como colofón, al domingo de piñata.
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