Cada 4 de julio, los estadounidenses celebran su fiesta nacional más importante: 4th of July, o Día de la Independencia. Este año se cumple el 243º aniversario de la Declaración que convirtió a los Estados Unidos en un país unificado e independiente del Imperio Británico. El país norteamericano celebra este día por todo lo alto, con desfiles militares y eventos promovidos por el Gobierno, así como fiestas y barbacoas en cada casa. Todo bajo un manto de fuegos artificiales que cada año se encargan de hacer resonar el espíritu patriótico de Estados Unidos.

¿Qué pasó el 4 de julio de 1776?

El 4 de julio de 1776, los llamados Padres Fundadores aprobaron la Declaración de Independencia de Estados Unidos. En ella, 56 ilustres hombres de estado, entre los que se encontraban Benjamin Franklin y Thomas Jefferson, renegaban del Imperio Británico y proclamaban estados independientes a las colonias norteamericanas, fundando Estados Unidos.

La colonización británica de las Américas empezó a finales del siglo XVI con el intento fallido de establecer la primera colonia en Roanoke, en la actual Carolina del Norte. Pero fue en Jamestown, en 1607, donde la Compañía de Londres fundó la colonia de Virginia, la primera de las 13 que el Imperio británico controlaría en Norteamérica durante el s.XVIII.

Estos territorios, en su mayoría zonas agrícolas, eran explotados por sus recursos naturales, como las plantaciones de tabaco, que generaban una alta suma de dinero. La tensión entre los colonos y la Corona británica escaló rápidamente debido al desacuerdo de los habitantes de las colonias ante la imposición de leyes e impuestos británicos en las mismas. El suceso más notable fue la oposición al Stamp Act o Ley del sello, que obligaba a estos territorios a utilizar papel sellado y producido en Londres en todos los materiales impresos. Los principales objetivos de esta medida eran frenar la libertad de prensa y apoyar económicamente a las tropas asentadas en Norteamérica tras la Guerra de los Siete Años. Pero su imposición provocó un creciente nacionalismo entre los americanos, que para 1765 ya empezaron a demandar representación parlamentaria.

La tensión solo fue a más, y tuvieron lugar diversos incidentes que mostraron el disentimiento entre colonos e Imperio británico. El más relevante fue el conocido como Boston Tea Party o Motín del té, en el que varios colonos se disfrazaron de indios y lanzaron al mar el cargamento de tres buques británicos como rebelión ante el Acta del Té, que permitía a la Compañía de las Indias vender este producto libre de impuestos en las colonias americanas y crear un monopolio. Hasta ese momento, los colonos lo compraban a los Países Bajos como acto de protesta. Este incidente fue especialmente simbólico a la hora de mostrar el rechazo colono a las leyes y cultura británicas.

Uno de los mayores detonantes de la Guerra y posterior Declaración de Independencia fue la aprobación de los Intolerable Acts o Leyes Intolerables, que el Parlamento Británico emitió con el fin de eliminar la capacidad de autogobierno de las colonias. Destacó la disolución del gobierno representativo de Massachusetts. El primer Congreso Continental se reunió en 1774 para organizar la resistencia y coordinar una respuesta ante la aprobación de estas leyes.

El 19 de abril de 1775 estalló la guerra y en mayo de ese mismo año se reunió el segundo Congreso Continental para redactar y firmar la Declaración de Independencia. Aunque el conflicto armado continuó hasta 1783, cuando finalizó con la firma del Tratado de París, el conocido como Comité de los cinco se encargó de elaborar la Declaración de Independencia. Este equipo, que estaba formado por John Adams, Roger Sherman, Thomas Jefferson, Benjamin Franklin y Robert Livingston, presentó el texto en el Congreso el 28 de junio y el 2 de julio se votó. Finalmente, el 4 de julio de 1776 se ratificó la Declaración y nació Estados Unidos.