Le tocó contemplar como su padre abusaba de su madre. Aprendió a dar sus primeros puñetazos en un reformatorio y allí supo que quería ser boxeador. No se le dio mal.

En sus 106 peleas como profesional solo fue noqueado dos veces logrando el título mundial de peso medio en 1949. La violencia de sus golpes y el tremendo aguante que tenía en el cuadrilátero le valió el sobrenombre de 'Toro Salvaje'.

Se dejó convencer para amañar un combate, se arrepintió después y, desde entonces, nunca volvió a pelear igual. Empezó a dilapidar su fortuna y llegó a estar en prisión seis meses por alentar a una menor a prostituirse.

No volvió al ring y empezó a coquetear con el mundo del espectáculo. Se hizo con una discoteca en Miami, grabó anuncios, trabajó en un club nudista de Nueva York e incluso apareció en varias películas. Pero la mejor de todas fue la que él mismo inspiró: el 'Toro Salvaje' de Martin Scorsese y Robert De Niro.

Hoy, 37 años después de aquella película, el verdadero Jake LaMotta ha muerto a causa de una neumonía, pero gracias a ‘Toro Salvaje’, su vida será recordada siempre como él quería...Todo un espectáculo.