Tras la victoria de Israel el pasado mes de mayo, el presidente israelí, Benjamín Netanyahu, ya anunciaba que en 2019 el certamen se celebraría en Jerusalén, la ciudad que el país judío quiere como capital a ojos de la comunidad internacional. Sin embargo, la Unión de Radiodifusión Europea dejó su negativa ante esta declaración ya que no querían que se politizara el concurso de música.

Ahora, es la minista de Cultura y Deporte la que vuelve a poner en peligro el festival. Miri Reguev ha amenazado con que la UER “no puede decidir dónde Israel celebrará Eurovisión”.

"Jerusalén es la capital del Estado de Israel y no debemos avergonzarnos de ello”, ha señalado. Además, la ministra ha dicho que el concurso les cuesta "50 millones de shékels", que equivale a 12 millones de euros y que está "diseñado para hacer publicidad del país". Por este motivo, ha afirmado que "si no es en Jerusalén, sería un error invertir esos fondos públicos".