Dicen que detrás de una gran hombre siempre hay una gran mujer. Y ella estaba detrás, pero solo literalmente. Porque fue la primera mujer batería en llegar al número uno en Reino Unido. Lo consiguió con una canción que se preguntaba si tenía el derecho. Honey Lantree lo lo cogió entero. El derecho, a dejar de ser peluquera y convertirse en la batería de una banda pop, en plenos años sesenta.

​Una escena musical dominada por el hombre que tampoco paró a Karen Carpenter en los setenta. Mucho menos a Sandy West. También a la batería inauguró con The Runaways ese rock de todo hecho por mujeres.

Roxy Petrucci ha tocado con Kiss o Deep Purple, pero ninguna de ellas está en las listas de mejores baterías de la historia. Doble trabajo el de Suzi Quatro, hacer música y romper barreras. Demostró que el bajo no era solo para hombres. Y tras ella llegaron mitos como Kim Deal o Kim Gordon. En los noventa de la electrónica Stereolab sorprendía. Pero lo que de verdad llamaba la atención era la cantidad de mujeres que integraban sus filas.

Camino solitario del de la mujer en el mundo de la música. Que poco a poco avanza hacia el cambio. Este año el festival más importante de España, el Primavera Sound, tendrá un cartel paritario por primera vez en su historia.