Luis es un octogenario que sigue estudiando en la universidad, toma apuntes, escucha y participa activamente. "Es verdaderamente un alumno ejemplar en muchos sentidos, por su propia dedicación, su vocación y su curiosidad insaciable", describe su profesor

"Espero tener suerte y terminar ahora, en junio, Estudios Internacionales", dice el estudiante, que a lo largo de su vida ha cursado varias carreras. Entre sus títulos estarían Ingeniería de Telecomunicaciones, Física, Informática, Económicas o ADE. "Estaba esperando a terminar la primera carrera para casarme", asegura.

Filosofía, por su parte, la tenía empezada cuando se iba a jubilar y la terminó cuando ya estaba jubilado. También ha trabajado en Suecia y estudió un máster en Estados Unidos y, con casi 80 años, terminó Estudios Orientales.

"Me llamaban, en lenguaje coloquial, 'Shiao papa' que en chino significa el 'pequeño papá'. Yo era el papaíto de la clase", declara. Ese afán por el conocimiento le llevó a poner en práctica esos estudios: "Tenía 70 años cuando cogí un avión y me fui a China y estuve en China visitando el país que había estudiado en los libros", confiesa.

La vida universitaria es su pasión y todo un ejemplo para su familia. "Nos ha inculcado ese amor por el conocimiento y la posibilidad de aprender por puro placer, pero también ha sido un profesor particular en casa", dice su hijo, aunque también para su otra familia, la universitaria. Luis es un ejemplo con el que demuestra que nunca es tarde para seguir aprendiendo.