Una de las escenas más famosas y románticas del cine conserva su huella intacta. La historia de amor entre Jack y Rose marcó no solo el final de la década de los 90, sino los 22 años que han transcurrido desde ella.

Kate Winslet y Leonardo Di Caprio representaron en el 1997 una de las miles de historias que podría haber albergado el enorme y lujoso transatlántico que se hundió la noche del 14 de abril de 1912 tras chocar contra un iceberg.

Una historia de amor que James Cameron quiso fijar en una de las escenas más íntimas de la historia del cine, que a pesar de producirse en la oscuridad, relataba el primer encuentro amoroso de los protagonistas sin hacer dudar al espectador.

Los vidrios empañados, la bodega vacía y un coche tan lujoso como ahora antiguo aparcado allí. La banda sonora de James Horner y una mano sudorosa en el cristal explicitaban aún más la escena, y es precisamente la mano de Rose la que ha querido recordar el director canadiense.

James Cameron ha publicado un tuit en el que asegura que la mano de la protagonista de 'Titanic' continúa imborrable en el mismo coche en el que se grabó la escena, después de que el vehículo se hay mantenido intacto durante 22 años: "Más de 20 años después, la infame huella de la mano de Titanic sigue ahí. Mirad bien".

La noticia anunciada por el director ha creado la sorpresa de usuarios y cinéfilos, que se han aventurado a preguntarle si cabe la posibilidad de que el carro intacto se subaste; propuestas que han quedado sin respuesta.