Investigadores que están estudiando una tumba imperial de 2.100 años de antigüedad en el norte de China han descubierto en ella las primeras hojas de té utilizadas como bebida de las que se tiene noticia.

El hallazgo ha tenido lugar en las excavaciones del mausoleo del emperador Jing de la dinastía Han (siglos II AC-III DC), cerca de la ciudad de Xian, en el centro del país, en las que los arqueólogos trabajan desde 1998. Expertos de la Academia China de Ciencias han analizado el material orgánico carbonizado que se ha encontrado en el recinto funerario y han confirmado que pertenece a hojas de té del género 'camellia'. 

Hasta ahora, el té más antiguo del que se tenían evidencias físicas pertenecía a la dinastía Song (siglos X-XII de nuestra era), por lo que el descubrimiento ha adelantado en un milenio la historia arqueológica de esta bebida. Ya se habían encontrado menciones al uso de hojas de té como bebida medicinal en textos de hace más de 2.000 años, aunque hasta ahora no se habían hallado restos que lo corroboraran. 

El té se propagó desde la civilización China y en el Tíbet al resto de Asia, a través de la Ruta de la Seda, hasta convertirse hoy en una de las bebidas más populares del mundo, consumida por más de dos tercios de la población mundial. En clave mitológica, los chinos han atribuido la invención del té al emperador legendario Shennong, que hace 5.000 años creó la agricultura y la medicina tradicional.